jueves, 27 de mayo de 2010

Empleados de Comercio: los Ghioldi “en desgracia”

Rubén Ghioldi, quien dirige la Asociación Empleados de Comercio de Rosario, fue suspendido preventivamente por 45 días. Él, su sobrina Treviño (apoderada legal del sindicato) y el secretario de finanzas, Fernández son acusados de administración fraudulenta de los fondos del gremio.
Las denuncias son contundentes: desde "préstamos" sin autorización por 50 mil pesos y gastos de Ghioldi por 91 mil pesos para la internación de un burócrata del gremio ya fallecido, hasta el pago de "cifras siderales" a una agencia de seguridad (Argit SRL) para que vigile el domicilio de Ghioldi y el de su sobrina. Ahora Ghioldi "sólo podrá ingresar a la sede del gremio si es que viene a comprar remedios y, en ese caso, deberá hacerlo acompañado por el personal de vigilancia" (La Capital.
Rubén Ghioldi, que tiene 87 años, está al frente de Empleados de Comercio desde hace 43 años, cuando sucedió a Victorino Rodríguez el 13 de julio de 1967. Ni dictaduras ni democracias pudieron con él. En más de cuatro décadas, armó un aparato sindical que incluía hasta una "herencia familiar", pues en el reino de las listas únicas del gremio de los últimos 30 años en la seccional, subió a sus familiares a la dirección de la poderosa seccional Rosario de 40 mil afilados.
Empleados de Comercio de Rosario sufre en forma agravada la flexibilización laboral y los contratos basura. Los trabajadores de los supermercados no tienen domingos ni feriados, las patronales despiden a su gusto y en gran parte de los lugares ni siquiera hay delegados. Los comercios chicos son manejados por sus dueños a su antojo, reinan el trabajo en negro, la superexplotación y las condiciones de trabajo verdaderamente denigrantes.
En las recientes elecciones de delegados de los supermercados Coto, la dirección del sindicato actuó abiertamente como agente de la patronal. No anunciaron cuándo serían las elecciones e intentaron que las mismas pasarán lo más desapercibidas posibles. Acordaron tanto la convocatoria de un día para el otro como los padrones con una patronal que despide a mansalva y hasta golpea a los trabajadores de los super con sus patovicas.
Cuando la familia es grande...
Carlos Ghioldi, el sobrino del hoy separado del gremio que ofició mucho tiempo como secretario gremial del aparato del viejo Ghioldi, también cayó en "desgracia" y fue desplazado del sindicato aun antes de conocerse las enormes denuncias de corrupción. La función de Carlos Ghioldi, en sus años de secretario gremial, fue la de establecer con un lenguaje "democrático" el blanqueo de una política gremial absolutamente entregada a los negocios y a las propias patronales.
La aparición de un fuerte activismo juvenil en los super, que denunciaba la totalidad de la política del sindicato, puso también en crisis la política de Ghioldi "junior". La Agrupación Resistencia Mercantil de Rosario, que libró grandes luchas contra la explotación en los super de Coto, denunció abiertamente que esta política no le servia a los trabajadores y que blanqueaba la burocracia dirigida por su tío.
Hoy, desplazado del gremio, actúa como delegado de La Toma (ex supermercado Tigre vaciado por la patronal y puesto a funcionar por los trabajadores en 2001).
Ahora la Justicia declaró inconstitucional la expropiación de La Toma. La ubicación del edificio es demasiado buena para el negocio inmobiliario. No quieren que esté en manos de los trabajadores a través de una cooperativa. Aun cuando esté planteada la defensa del ex Tigre contra cualquier intento de desalojo, es sabido que los actuales burócratas de Comercio entregarán al mejor postor ese emprendimiento.
Ghioldi junior nunca se autocriticó de su política, pero -paradójicamente- ahora que está desplazado del sindicato se encuentra casi en el mismo campo que los activistas que atacó desde la secretaria gremial. Los jóvenes de Resistencia Mercantil tuvieron el enorme mérito de caracterizarlo a él y a toda la dirección descompuesta de Empleados de Comercio de Rosario y de plantearse una gran batalla para terminar con los despidos y los continuos manoseos por parte de las patronales. Tienen, por lo tanto, la autoridad para ser los futuros dirigentes de ese gremio.
La clase obrera en su conjunto atraviesa una transición histórica. Mientras nuevas generaciones ingresan a la arena de la lucha, las burocracias se descomponen cada vez más. La crisis en empleados de comercio de Rosario debe ser motivo para desarrollar una gran agrupación de lucha clasista antiburocrática y antipatronal para barrer con la burocracia sindical y dar a los trabajadores mercantiles la dirección que se merecen.

Damian Blanco

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