“Vamos bajando la cuesta, que arriba en mi calle se acabó la fiesta”.
No se había terminado de desmontar el palco de la 9 de Julio, y los Kirchner devolvían a la realidad a los millones de argentinos que celebraron el Bicentenario.
El ministro Boudou retomaba la negociación con los usureros, para salvar el canje de deuda más leonino de la historia.
Atrás quedaban las invocaciones vacías a la soberanía nacional, tan trajinadas durante la Semana de Mayo.
El “nacional y popular” Guillermo Moreno recobraba el empeño para echar de Massuh a sus cuatrocientos trabajadores.
Atrás quedaban los slogans y desfiles invocando al “trabajo” y a la “industrialización”; los Kirchner, Macri o Binner retomaban la “vuelta a los mercados” que se van quebrando en todo el mundo.
Para curarse en salud, la “bicentenaria” patronal argentina ha salido a devorarse los salarios obreros a través de la inflación.
A esa pretensión, los obreros de la alimentación, la juventud de los supermercados o los docentes le responden con la deliberación colectiva y con la lucha.
Con ello, se integran a la clase obrera de Grecia, de España y de toda Europa, contra la pretensión capitalista de liquidar sus conquistas históricas.
En la Argentina y en todo el mundo, estamos en el día después, para que la crisis la paguen sus responsables: los capitalistas.
No se había terminado de desmontar el palco de la 9 de Julio, y los Kirchner devolvían a la realidad a los millones de argentinos que celebraron el Bicentenario.
El ministro Boudou retomaba la negociación con los usureros, para salvar el canje de deuda más leonino de la historia.
Atrás quedaban las invocaciones vacías a la soberanía nacional, tan trajinadas durante la Semana de Mayo.
El “nacional y popular” Guillermo Moreno recobraba el empeño para echar de Massuh a sus cuatrocientos trabajadores.
Atrás quedaban los slogans y desfiles invocando al “trabajo” y a la “industrialización”; los Kirchner, Macri o Binner retomaban la “vuelta a los mercados” que se van quebrando en todo el mundo.
Para curarse en salud, la “bicentenaria” patronal argentina ha salido a devorarse los salarios obreros a través de la inflación.
A esa pretensión, los obreros de la alimentación, la juventud de los supermercados o los docentes le responden con la deliberación colectiva y con la lucha.
Con ello, se integran a la clase obrera de Grecia, de España y de toda Europa, contra la pretensión capitalista de liquidar sus conquistas históricas.
En la Argentina y en todo el mundo, estamos en el día después, para que la crisis la paguen sus responsables: los capitalistas.
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