De un saque, el gobierno se apropió de seis mil millones de dólares para cumplir con los usureros. La gran banca rápidamente aplaudió la confiscación millonaria. En su momento, “Néstor” había manoteado otros diez mil millones de dólares para cumplir con el FMI.
Pero esta vez, el “atrako” lo ejecuta un gobierno sin apoyo popular.
La banca que el gobierno quiere resarcir se ha lanzado a una especulación frenética con la deuda de los países “emergentes”.
Esa timba conducirá a Argentina, más temprano que tarde, al colapso que acosa a numerosos Estados europeos. La bicicleta financiera se llevó 40 mil millones de dólares en los últimos dos años.
El “atrako” cuenta con la aprobación de los Moyano y los Yasky aunque, a diferencia de los banqueros, a los trabajadores no se les quiere compensar la inflación.
La oposición de Carrió, Solá o Macri critica el atraco oficial, pero no hace nada concreto para impedirlo.
Donde manda banquero, el representante político se acomoda; los Carrió y compañía también quieren pagar la deuda usurera.
Mientras los K y anti K discuten sobre cuál es el mejor camino para ejecutar el vaciamiento nacional, la miseria social crece.
Es el bicentenario de una clase cipaya.
En oposición a los “atrakos”, es necesario aumentar y defender el salario, nacionalizar sin pago la banca y repudiar la deuda con los usureros.
Pero esta vez, el “atrako” lo ejecuta un gobierno sin apoyo popular.
La banca que el gobierno quiere resarcir se ha lanzado a una especulación frenética con la deuda de los países “emergentes”.
Esa timba conducirá a Argentina, más temprano que tarde, al colapso que acosa a numerosos Estados europeos. La bicicleta financiera se llevó 40 mil millones de dólares en los últimos dos años.
El “atrako” cuenta con la aprobación de los Moyano y los Yasky aunque, a diferencia de los banqueros, a los trabajadores no se les quiere compensar la inflación.
La oposición de Carrió, Solá o Macri critica el atraco oficial, pero no hace nada concreto para impedirlo.
Donde manda banquero, el representante político se acomoda; los Carrió y compañía también quieren pagar la deuda usurera.
Mientras los K y anti K discuten sobre cuál es el mejor camino para ejecutar el vaciamiento nacional, la miseria social crece.
Es el bicentenario de una clase cipaya.
En oposición a los “atrakos”, es necesario aumentar y defender el salario, nacionalizar sin pago la banca y repudiar la deuda con los usureros.
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