Los energúmenos mediáticos que se quejan por los piquetes cuando son organizados por los trabajadores, se soltaron otra vez como fieras cuando los trabajadores de Kraft trasladaron para el día siguiente la manifestación prevista en las previas al partido entre Uruguay y Argentina.
“¡Qué falta de principios – bramaron los enemigos mortales de los piquetes– diferir un piquete por el fútbol!”.
Rápidos como punguistas decidieron poner en el mismo bote a los asambleístas de Gualeguaychú, que habían votado dejar pasar a los hinchas argentinos que se trasladaran por tierra a Montevideo.
“Dan más valor al fútbol que al agua contaminada”, se indignaron algunos mediáticos K, que no ven la hora de que se acabe el corte de frontera y Botnia siente sus reales en forma definitiva en alianza con la contaminadora Celulosa, ésta en las orillas del Paraná.
Como se puede ver, a la hora de la inmundicia mediática contra los trabajadores y las causas populares, los K y sus opositores reman en la misma dirección.
Sin embargo, cuando los veintidós azules y celestes se entreveraban en el Centenario para mandar al otro al repechaje, los despedidos de Kraft y los luchadores que los acompañan no estaban frente a un televisor clamando por una mano de dios.
Estaban frente al Ministerio para asegurarse que las reuniones de los funcionarios, la patronal y los delegados no se apartaran del reclamo de la reintegración incondicional de todos los despedidos –delegados, activistas y trabajadores.
A los charlatanes que ofician mal de periodistas, los obreros en lucha los han obligado a tragarse sus groserías.
“¡Qué falta de principios – bramaron los enemigos mortales de los piquetes– diferir un piquete por el fútbol!”.
Rápidos como punguistas decidieron poner en el mismo bote a los asambleístas de Gualeguaychú, que habían votado dejar pasar a los hinchas argentinos que se trasladaran por tierra a Montevideo.
“Dan más valor al fútbol que al agua contaminada”, se indignaron algunos mediáticos K, que no ven la hora de que se acabe el corte de frontera y Botnia siente sus reales en forma definitiva en alianza con la contaminadora Celulosa, ésta en las orillas del Paraná.
Como se puede ver, a la hora de la inmundicia mediática contra los trabajadores y las causas populares, los K y sus opositores reman en la misma dirección.
Sin embargo, cuando los veintidós azules y celestes se entreveraban en el Centenario para mandar al otro al repechaje, los despedidos de Kraft y los luchadores que los acompañan no estaban frente a un televisor clamando por una mano de dios.
Estaban frente al Ministerio para asegurarse que las reuniones de los funcionarios, la patronal y los delegados no se apartaran del reclamo de la reintegración incondicional de todos los despedidos –delegados, activistas y trabajadores.
A los charlatanes que ofician mal de periodistas, los obreros en lucha los han obligado a tragarse sus groserías.
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