jueves, 24 de septiembre de 2009

Paraná Metal: Retoman la lucha

La jornada de lucha de los obreros de Paraná Metal tuvo una amplia repercusión popular.
El miércoles 16, más de 400 obreros se movilizaron desde la planta y recorrieron unos 5 kilómetros hasta el cruce de rutas. Vecinos y trabajadores de talleres salían al encuentro de la marcha y daban su apoyo con aplausos. Alumnos y maestros de una de las escuelas estaban afuera saludando la manifestación. Los comerciantes cerraron sus negocios de 10 a 12 horas como adhesión a la jornada. Toda la ciudad se vuelve a tensar por el conflicto de una de las empresas más grandes de Villa, donde trabajan unos 1.200 obreros.
Del cruce de rutas se marchó en vehículos a cortar la utopista Rosario-Buenos Aires, junto a organizaciones políticas, estudiantiles y sociales. Uno de los hechos más destacados fue la presencia de medio centenar de obreros de Mahle, que fueron a dar su apoyo mostrando de hecho la posibilidad de una lucha de conjunto.
Más de mil personas mantuvieron el corte y una importante agitación, mientras se realizaba una reunión en el Ministerio de Trabajo, en Buenos Aires, para discutir las condiciones en las que va a seguir funcionando la fábrica.
Los trabajadores volvieron a rechazar con este corte las pretensiones de la patronal de rebajar del 70% al 20% los salarios a los suspendidos.
La jornada de lucha había sido votada en una asamblea de fábrica, pero en esta ocasión no fue reforzada con un paro regional de la UOM villence.
Cristóbal López (el dueño del Casino Rosario) fue el inversor K que se hizo cargo transitoriamente (con opción a compra) cuando la metalúrgica entró en concurso de acreedores y la lucha obrera amenazaba con generalizarse en toda Villa.
El plazo para la compra definitiva vence el 31 de octubre, pero Cristóbal López ya dijo que en estas condiciones no se haría cargo. Por lo que tratará de hacerla rentable en base la superexplotación obrera, provocando retiros “voluntarios” masivos, rebajando salarios y atacando las condiciones laborales.
Salta a la vista el fracaso rotundo que significó la decisión impuesta por la burocracia en un plebiscito, de aceptar las suspensiones temporarias que terminaron siendo crónicas.
El reinicio de esta lucha quebró siete meses de parálisis sindical, sin asamblea de fábrica con sus consecuencias de atomización de los trabajadores. Un sector de los obreros advirtió que para enfrentar la política vaciadora y antiobrera de la patronal es necesario otro camino, y salió a batallar para la convocatoria a la asamblea y para resolver el corte de la autopista.
Incluso cuando el corte se levanta sin ninguna asamblea e informe de la reunión en Buenos Aires, un importante grupo de trabajadores se moviliza al sindicato para exigir información, que finalmente consiguen luego de una fuerte presión.
En el sindicato dijeron que se mantendría el pago del 70% a los suspendidos hasta el 31 de octubre (cuando también vence el plazo para definir sobre la compra) y, mientras tanto, integrar a la UOM a una comisión para recorrer las terminales automotrices para conseguir compradores de blocks. Un camino que llevará a un nuevo desastre.
Que se postergara, aunque sea por un mes, la rebaja salarial a los suspendidos, se vivió como un pequeño triunfo, pero con la comprensión de que esto es totalmente provisorio, de que es necesario mantener la movilización y reclamar una profundización de la lucha a la UOM.Junto al desarrollo de la organización y la lucha es necesario abrir el debate de una salida de fondo para Paraná Metal.
Por la expropiación y su funcionamiento bajo control obrero.

Carlos Blanco

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