María Elena Molina, candidata a concejal por el Partido Obrero, realizó declaraciones sobre la ley de medios impulsada por el gobierno y apoyada por el binnerismo y Proyecto Sur.
Señaló que “el proyecto del gobierno reafirma el derecho a la explotación capitalista de la información y el derecho a subordinar la libertad de expresión a los intereses de los grupos capitalistas de los medios”.
“El binnerismo y Solanas dieron su voto positivo a la ley luego de la eliminación de las telefónicas, es decir luego de la concesión al grupo Clarín. Pero además los “socialistas” quieren ir más lejos al intentar que se lleve a tres años el término para adecuarse a la ley. Con esto a Clarín le bastaría a esperar en nuevo gobierno para retener su monopolio.”
“Solanas basa su defensa de la nueva ley de medios alegando que será la primera ley democrática de radiodifusión de los últimos 50 años, pero ese decreto ley de la dictadura ha sido sostenido y profundizado por los gobiernos democráticos que sucedieron a Videla, es decir que este decreto también es de la democracia.”
Molina sostuvo que “una de las muestras de la impostura de los que apoyan la ley K como de la oposición patronal, es que nunca se habla de los trabajadores de prensa. En los medios K y en Clarín la libertad de expresión no existe y reina el trabajo en negro, los despidos y persecuciones”.
Molina concluyó diciendo que “sin financiamiento la mayoría de la población y los luchadores seguirán fuera de los medio de prensa, y con financiamiento serán cooptados. Esta situación no será cambiada por una ley ni por la demagogia de los gobiernos que reprimen, que acuerdan con el FMI, que aplican tarifazos. El Partido Obrero plantea que asegurar la libertad de prensa y de expresión pasa por abolir el monopolio privado de los medios materiales de comunicación y repartir su uso y usufructo entre las organizaciones políticas y sociales (artísticas, culturales, científicas, educacionales, deportivas) asegurando la participación de las diversas corrientes ideológicas que actúan en su seno. La lucha por la libertad de prensa y de expresión debe ser parte de un programa más amplio de transformación social sobre nuevas bases”.
Señaló que “el proyecto del gobierno reafirma el derecho a la explotación capitalista de la información y el derecho a subordinar la libertad de expresión a los intereses de los grupos capitalistas de los medios”.
“El binnerismo y Solanas dieron su voto positivo a la ley luego de la eliminación de las telefónicas, es decir luego de la concesión al grupo Clarín. Pero además los “socialistas” quieren ir más lejos al intentar que se lleve a tres años el término para adecuarse a la ley. Con esto a Clarín le bastaría a esperar en nuevo gobierno para retener su monopolio.”
“Solanas basa su defensa de la nueva ley de medios alegando que será la primera ley democrática de radiodifusión de los últimos 50 años, pero ese decreto ley de la dictadura ha sido sostenido y profundizado por los gobiernos democráticos que sucedieron a Videla, es decir que este decreto también es de la democracia.”
Molina sostuvo que “una de las muestras de la impostura de los que apoyan la ley K como de la oposición patronal, es que nunca se habla de los trabajadores de prensa. En los medios K y en Clarín la libertad de expresión no existe y reina el trabajo en negro, los despidos y persecuciones”.
Molina concluyó diciendo que “sin financiamiento la mayoría de la población y los luchadores seguirán fuera de los medio de prensa, y con financiamiento serán cooptados. Esta situación no será cambiada por una ley ni por la demagogia de los gobiernos que reprimen, que acuerdan con el FMI, que aplican tarifazos. El Partido Obrero plantea que asegurar la libertad de prensa y de expresión pasa por abolir el monopolio privado de los medios materiales de comunicación y repartir su uso y usufructo entre las organizaciones políticas y sociales (artísticas, culturales, científicas, educacionales, deportivas) asegurando la participación de las diversas corrientes ideológicas que actúan en su seno. La lucha por la libertad de prensa y de expresión debe ser parte de un programa más amplio de transformación social sobre nuevas bases”.
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