En el segundo semestre del año 2008, el dólar subió un 13,4% (de 3,05 a 3,46 pesos) y fue mejor negocio que un plazo fijo. En lo que va de este primer semestre de 2009, el dólar ya aumentó un 9,3%, lo que equivale a una tasa efectiva anual de 21,3%. Por lo tanto, ¿qué quiso decir Néstor Kirchner el viernes 12 de junio, cuando respondió "No, estamos locos si hacemos eso", al preguntársele en Avellaneda sobre una devaluación del peso luego de las elecciones del 28.
Para sojeros y exportadores, la devaluación fue aún mayor, porque el precio de la soja creció un 60%, desde sus mínimos, en el mercado internacional. La crisis agraria obedece, ahora, a que los chacareros capitalistas han contraído deudas importantes, a las que no pueden hacer frente debido a la sequía y al alto precio de los arrendamientos. Asimismo, tampoco tienen un acceso pleno al precio internacional, pero no por las retenciones, que no han cambiado, sino porque los contratos en los mercados granarios los realizan los especuladores, sin mover la mercadería.
Otro elemento de maxidevaluación es la revalorización extraordinaria que ha tenido el real brasileño, del orden del 30%. Las exportaciones a Brasil han ganado un nuevo margen, lo mismo que la competencia con Brasil en otros mercados. Aún así, ambos gobiernos vienen trabando las importaciones respectivas. En definitiva, las devaluaciones ‘administradas' no han contenido la crisis, como lo demuestra la salida de capitales, que ha sido similar, en el último semestre, a la sangría extraordinaria sufrida en 2008. El gobierno, además, está sacando dólares del Central para pagar la deuda externa. Lo más grave, si cabe, es la caída continua de la producción industrial, que fue del 8,5% en mayo -el séptimo mes consecutivo de declinación.
Para sojeros y exportadores, la devaluación fue aún mayor, porque el precio de la soja creció un 60%, desde sus mínimos, en el mercado internacional. La crisis agraria obedece, ahora, a que los chacareros capitalistas han contraído deudas importantes, a las que no pueden hacer frente debido a la sequía y al alto precio de los arrendamientos. Asimismo, tampoco tienen un acceso pleno al precio internacional, pero no por las retenciones, que no han cambiado, sino porque los contratos en los mercados granarios los realizan los especuladores, sin mover la mercadería.
Otro elemento de maxidevaluación es la revalorización extraordinaria que ha tenido el real brasileño, del orden del 30%. Las exportaciones a Brasil han ganado un nuevo margen, lo mismo que la competencia con Brasil en otros mercados. Aún así, ambos gobiernos vienen trabando las importaciones respectivas. En definitiva, las devaluaciones ‘administradas' no han contenido la crisis, como lo demuestra la salida de capitales, que ha sido similar, en el último semestre, a la sangría extraordinaria sufrida en 2008. El gobierno, además, está sacando dólares del Central para pagar la deuda externa. Lo más grave, si cabe, es la caída continua de la producción industrial, que fue del 8,5% en mayo -el séptimo mes consecutivo de declinación.
Antonio Cano
Publicado en Prensa Obrera nº 1088 (18/6/2009)
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