Cuando decenas de miles de trabajadores están perdiendo el empleo, o sufren suspensiones y reducciones de trabajo y de salarios, el Congreso está empeñado en lograr una sesión especial para eliminar las retenciones a la soja.
Es cierto que el precio del poroto ha caído, pero incluso así es alto en términos históricos.Los obreros rurales, mientras tanto, siguen siendo los peor explotados del país, en negro, y sus hijos los más pobres de Argentina.
Pero el Congreso no está buscando organizar una sesión especial para atender al trabajador rural, sino al capitalista agrario.
No para prohibir los despidos, sino para llevar al país a una devaluación ruinosa.
La rebaja de las retenciones a la soja tampoco le va a dar una solución duradera al chacarero, sea pequeño o mediano, porque el negocio agrario está manejado por pulpos financieros que esquilman a los que se encuentran en la parte inferior de la escalera.
¿Por qué no se movilizan, entonces, por la nacionalización de los monopolios del comercio exterior, que se quedan con la mayor parte del excedente, o de los bancos, que les cobran tasas usureras, o de los de los agroquímicos, que se abusan con el precio de sus productos?Porque en ese caso tendrían que aliarse con los trabajadores.
Creen que aliados a los terratenientes y fideicomisos agrarios les quedará una parte de las retenciones, si se eliminan.
Se equivocan; la crisis mundial se los llevará puestos, y sus tierras o maquinarias terminarán en las manos de los grandes grupos económicos.
Ningún trabajador puede secundar esta causa que va contra la clase obrera y que está condenada al fracaso.
¿Y los K?
Para neutralizar al Congreso que se ha ido convirtiendo en opositor, quiere reunir un Consejo Económico y Social bajo la batuta de la Unión Industrial y de la burocracia sindical, que vienen pidiendo a gritos la mega-devaluación de la moneda y se han puesto de acuerdo para liquidar sin fecha las paritarias.
Del Congreso guate-mala, al kirchnerismo guate-peor.
Denunciamos por igual al Congreso y al gobierno; a la patria sojera de la oposición y a la patria contratista del oficialismo.
La cuestión central es defender el trabajo contra el capital -sea industrial, comercial, agrario o financiero.
Que se prohíban los despidos y suspensiones.
Que se repartan las horas de trabajo disponibles sin afectar el salario.
Por la nacionalización de la banca, de la gran industria, del capital terrateniente y de los pulpos exportadores para posibilitar un plan de reactivación y de reconstrucción económica al servicio de los que viven de su trabajo.
Publicado en Prensa Obrera nº 1074
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