miércoles, 11 de febrero de 2009

Elegir delegados en todos lugares de trabajo para parar las suspensiones y despidos
El paro de subterráneos y el repudio a la burocracia de la UTA que se expresó por intermedio de un plebiscito ha conmovido a la clase obrera. Un Cuerpo de Delegados que conquistó años atrás las seis horas, defendió a sus activistas de todo despido, arrancó aumentos y logró el pase a convenio de contingentes enteros de tercerizados, ha vuelto a enfrentar el intento del gobierno, la patronal y la patota de descabezarlo.
Hasta hoy, terminado el plebiscito, los obreros del subte no tienen representación legal (el plebiscito no tiene ese alcance); su organización descansa solamente en su capacidad de lucha y en el plan que, en ese sentido, se den los trabajadores para imponerse al gobierno kirchnerista.
Sólo un 12% de la clase trabajadora en su conjunto cuenta con delegados en los lugares de trabajo, según un estudio del Ministerio de Trabajo publicado por la CTA. No obstante, ni la CTA, ni mucho menos el ministerio, lanzan la elección en todos esos lugares. Los sindicatos constituidos son muy poderosos, tienen juridiscción sobre una masa infinitamente superior, sobre casi todos los trabajadores en blanco, pero no la organizan y no la quieren organizar. Tampoco atacan los lugares en negro dentro de los propios gremios. Esto se debe a que un gran nivel de organización se les vuelve en contra, lo mismo que un gran nivel de afiliación (han pactado con las patronales la recepción de donaciones al sindicato a cambio de no afiliar al personal).
Le "cobra" a las patronales la no organización, e incluso la no afiliación.
La experiencia del subte remueve todo este pus. Pero hoy, otra realidad superior replantea el tema de la organización en los lugares de trabajo: la necesidad de detener las suspensiones, los despidos, las rebajas salariales y el empeoramiento de todo tipo de condiciones laborales como consecuencia de la descarga de la crisis capitalista sobre las espaldas obreras.
El fallo de la Corte que declaró la inconstitucionalidad de los requisitos establecidos en la ley vigente (23551) para ser delegado, aportó al debate aunque no tiene consecuencias legales prácticas inmediatas. El fallo de la Corte no apunta, claro está, a la organización clasista de la clase obrera al margen de los aparatos sindicales. La "libertad" para formar nuevos aparatos sindicales, en otro modelo de integración de los sindicatos a la europea, sirve en regímenes parlamentarios, que son menos dependientes de una fuerte burocracia centralizada atada al poder bonapartista del peronismo. Hay una disgregación política en el PJ y también en las filas de la burocracia sindical, y reclamos de la oposición sojera de ‘parlamentarizar' el régimen político argentino.
Vastos sectores de la juventud trabajadora, como fueron los del Casino y de los ‘call center', al igual que en los supermercados. La cuestión del control de los lugares de trabajo se transforma también en un punto clave cuando sobrevienen los vaciamientos: recientemente en Masuh renovaron el cuerpo de delegados derrotando a la burocracia como capítulo previo a la lucha contra los atrasos de pagos y el vaciamiento en puerta. Lo mismo podemos decir de Indugraf, en todas las luchas previas que prepararon esta ocupación de fábrica.
El problema de la elección de delegados, se trate de lugares sindicalizados o no, en blanco o en negro, se transforma a cada hora, con el avance de la crisis capitalista, en una tarea estratégica para luchar para que la crisis la paguen los capitalistas y no los trabajadores.
¡Cientos de comités de fábrica para parar las suspensiones y despidos!
Néstor Pitrola
Publicado en Prensa obrera online 5

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