La lucha de General Motors está entrando en una etapa de definiciones: el jueves 20 vence el alargue por cinco días de la conciliación obligatoria, aunque existe la posibilidad de otro alargue (por otros ocho días).
La patronal desechó todas las alternativas sugeridas por el Smata y el Ministerio de Trabajo provincial, como las suspensiones rotativas, reducción de horas a todos los trabajadores o un subsidio nacional para cubrir parte de los salarios (800 pesos). Al contrario, anunció un plan para echar a los 150 obreros efectivos que actualmente tiene separados de la producción en "un centro de capacitación". Plantea pagarles la indemnización de ley y el sueldo durante seis meses y, simultáneamente, efectivizar a 80 contratados. La patronal de General Motors repite la conducta de la patronal de Fate: dejar sin tareas a los que pretende echar para provocar su desmoralización.
Smata volvió a reclamar la reincorporación de todos.
El gobierno de Binner tiene un doble discurso. Mientras aparece "batallando" para evitar los despidos, manda a la infantería a General Motors para impedir la ocupación de la fábrica. Rodríguez, ministro de Trabajo, ya comenzó a plantear que "llegado el caso de tener que despedir debería respetarse la antigüedad y evitar que fueran efectivos".
La voluntad de lucha dentro de la planta es enorme. Las movilizaciones y las distintas asambleas han mostrado la voluntad de los obreros de no dejar pasar los despidos. Las dilaciones de la conciliación obligatoria tienen el propósito de que la patronal abra una discusión sobre "retiros voluntarios" y los montos de las indemnizaciones.
Por el rechazo de todos los despidos y por la ocupación de la planta si no los dejan entrar.
Emilio Blanco
Publicado en Prensa Obrera nº 1064
La patronal desechó todas las alternativas sugeridas por el Smata y el Ministerio de Trabajo provincial, como las suspensiones rotativas, reducción de horas a todos los trabajadores o un subsidio nacional para cubrir parte de los salarios (800 pesos). Al contrario, anunció un plan para echar a los 150 obreros efectivos que actualmente tiene separados de la producción en "un centro de capacitación". Plantea pagarles la indemnización de ley y el sueldo durante seis meses y, simultáneamente, efectivizar a 80 contratados. La patronal de General Motors repite la conducta de la patronal de Fate: dejar sin tareas a los que pretende echar para provocar su desmoralización.
Smata volvió a reclamar la reincorporación de todos.
El gobierno de Binner tiene un doble discurso. Mientras aparece "batallando" para evitar los despidos, manda a la infantería a General Motors para impedir la ocupación de la fábrica. Rodríguez, ministro de Trabajo, ya comenzó a plantear que "llegado el caso de tener que despedir debería respetarse la antigüedad y evitar que fueran efectivos".
La voluntad de lucha dentro de la planta es enorme. Las movilizaciones y las distintas asambleas han mostrado la voluntad de los obreros de no dejar pasar los despidos. Las dilaciones de la conciliación obligatoria tienen el propósito de que la patronal abra una discusión sobre "retiros voluntarios" y los montos de las indemnizaciones.
Por el rechazo de todos los despidos y por la ocupación de la planta si no los dejan entrar.
Emilio Blanco
Publicado en Prensa Obrera nº 1064
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