Más de mil despidos en ciernes
En Peugeot (PSA, Palomar), la empresa comenzó eliminando las horas extras y reduciendo los turnos en una hora. Ahora, desde principios de octubre, cuarenta contratados que debían ser efectivizados en corto tiempo fueron despedidos. Las últimas versiones indican que la empresa considera la suspensión masiva y el despido del turno noche (más de 1.000 trabajadores) y estaría estudiando el mejor momento para concretar el ataque.Invoca la paralización de las exportaciones a España y Europa del Este, lo que representa aproximadamente el 20% de la producción mensual (2.000 vehículos) sumado al descenso de las ventas en el mercado local.Para los trabajadores el recorte de horas extras significó un golpe duro: representa aproximadamente el 50% del salario mensual de un trabajador inicial. La UOM trató de disimular el impacto de la crisis acordando con la empresa el pase de la totalidad del ticket canasta (500 a 600 pesos) al básico, batiendo el parche de su repercusión en la liquidación de vacaciones y aguinaldo. También acordaron otorgar durante octubre y noviembre una suma fija de 400 a 500 pesos en concepto de "deuda por ticket". Todas las versiones que "bajan" los supervisores, interesadas muchas de ellas, plantean la inminencia de nuevas suspensiones tanto para efectivos como para contratados. Una hipótesis que discuten los trabajadores es la posibilidad de que la patronal tenga como política anestesiar cualquier tipo de reacción hasta el momento de la "parada técnica", que se concreta habitualmente en febrero pero podría adelantarse, y descargar en ese momento la ofensiva mayor.Las versiones en la planta señalan que la situación sería extremadamente grave en General Motors de Rosario, al punto de estar planteándose la posibilidad de una paralización por dos meses.La burocracia de la UOM, fuera de aquellos paliativos, no ha dicho una palabra sobre cómo enfrentar la crisis.Los trabajadores de PSA están encuadrados en el convenio de la UOM, por lo que perciben aproximadamente la mitad del sueldo de lo que cobra cualquier obrero de la industria automotriz. Ni hablar de los que recién entran en la fábrica, contratados, y quienes están fuera de convenio, dado que su básico ronda los 2.000 pesos y el resto se completa con "horas extra" en doble turno, trabajando sábados, domingos y feriados. PSA es "modelo" en materia de extensión de la jornada y en cuanto polivalencia y rotación de tareas, una "materia" en la que se instruye a los trabajadores jóvenes desde su inicio. Que un obrero pueda hacer lo que deben hacer cuatro es uno de los "misterios" de la elevada "productividad obrera" en PSA, que está por encima de la del conjunto de la industria automotriz, que es, a su vez, la más elevada de toda la industria.Las patronales automotrices han hecho alharaca sobre los salarios obtenidos por el Smata, sin hacer referencia a la otra cara de la moneda. Sólo con considerar la evolución de los precios de los automóviles desde 2001 a esta parte y compararla con la evolución del salario real de los obreros mecánicos se podrá tener una idea del nivel de beneficios de las patronales. "En 2001, antes de la crisis financiera del país, el costo laboral por auto puesto en concesionaria era de casi el 10%, y hoy representa sólo un 3,8%" informaba no el PO sino La Voz del Interior sobre la base de un estudio que las patronales no pudieron recusar (29/1/07) y que hoy habría trepado a un 5% (Ambito, 16/5). Atiéndase bien: "uno de los más bajos de toda la industria".Esta relación beneficia más a Peugeot que a General Motors, pero vale para las dos.Es decir, con lo recaudado en los años de "vacas gordas", las patronales automotrices tienen de sobra para sostener un reparto de las horas de trabajo sin producir un solo despido y manteniendo el salario (lo que no debe dejar de lado el reclamo particular de los trabajadores de PSA de equiparación con el mejor salario de la industria automotriz por una jornada de ocho horas). Es lo que deberíamos explicar pacientemente, creando las condiciones para asambleas generales que rompan el muro de silencio de la burocracia y permitan que los trabajadores no sean el pato de la boda.
Ricardo Gauna
En Peugeot (PSA, Palomar), la empresa comenzó eliminando las horas extras y reduciendo los turnos en una hora. Ahora, desde principios de octubre, cuarenta contratados que debían ser efectivizados en corto tiempo fueron despedidos. Las últimas versiones indican que la empresa considera la suspensión masiva y el despido del turno noche (más de 1.000 trabajadores) y estaría estudiando el mejor momento para concretar el ataque.Invoca la paralización de las exportaciones a España y Europa del Este, lo que representa aproximadamente el 20% de la producción mensual (2.000 vehículos) sumado al descenso de las ventas en el mercado local.Para los trabajadores el recorte de horas extras significó un golpe duro: representa aproximadamente el 50% del salario mensual de un trabajador inicial. La UOM trató de disimular el impacto de la crisis acordando con la empresa el pase de la totalidad del ticket canasta (500 a 600 pesos) al básico, batiendo el parche de su repercusión en la liquidación de vacaciones y aguinaldo. También acordaron otorgar durante octubre y noviembre una suma fija de 400 a 500 pesos en concepto de "deuda por ticket". Todas las versiones que "bajan" los supervisores, interesadas muchas de ellas, plantean la inminencia de nuevas suspensiones tanto para efectivos como para contratados. Una hipótesis que discuten los trabajadores es la posibilidad de que la patronal tenga como política anestesiar cualquier tipo de reacción hasta el momento de la "parada técnica", que se concreta habitualmente en febrero pero podría adelantarse, y descargar en ese momento la ofensiva mayor.Las versiones en la planta señalan que la situación sería extremadamente grave en General Motors de Rosario, al punto de estar planteándose la posibilidad de una paralización por dos meses.La burocracia de la UOM, fuera de aquellos paliativos, no ha dicho una palabra sobre cómo enfrentar la crisis.Los trabajadores de PSA están encuadrados en el convenio de la UOM, por lo que perciben aproximadamente la mitad del sueldo de lo que cobra cualquier obrero de la industria automotriz. Ni hablar de los que recién entran en la fábrica, contratados, y quienes están fuera de convenio, dado que su básico ronda los 2.000 pesos y el resto se completa con "horas extra" en doble turno, trabajando sábados, domingos y feriados. PSA es "modelo" en materia de extensión de la jornada y en cuanto polivalencia y rotación de tareas, una "materia" en la que se instruye a los trabajadores jóvenes desde su inicio. Que un obrero pueda hacer lo que deben hacer cuatro es uno de los "misterios" de la elevada "productividad obrera" en PSA, que está por encima de la del conjunto de la industria automotriz, que es, a su vez, la más elevada de toda la industria.Las patronales automotrices han hecho alharaca sobre los salarios obtenidos por el Smata, sin hacer referencia a la otra cara de la moneda. Sólo con considerar la evolución de los precios de los automóviles desde 2001 a esta parte y compararla con la evolución del salario real de los obreros mecánicos se podrá tener una idea del nivel de beneficios de las patronales. "En 2001, antes de la crisis financiera del país, el costo laboral por auto puesto en concesionaria era de casi el 10%, y hoy representa sólo un 3,8%" informaba no el PO sino La Voz del Interior sobre la base de un estudio que las patronales no pudieron recusar (29/1/07) y que hoy habría trepado a un 5% (Ambito, 16/5). Atiéndase bien: "uno de los más bajos de toda la industria".Esta relación beneficia más a Peugeot que a General Motors, pero vale para las dos.Es decir, con lo recaudado en los años de "vacas gordas", las patronales automotrices tienen de sobra para sostener un reparto de las horas de trabajo sin producir un solo despido y manteniendo el salario (lo que no debe dejar de lado el reclamo particular de los trabajadores de PSA de equiparación con el mejor salario de la industria automotriz por una jornada de ocho horas). Es lo que deberíamos explicar pacientemente, creando las condiciones para asambleas generales que rompan el muro de silencio de la burocracia y permitan que los trabajadores no sean el pato de la boda.
Ricardo Gauna
Publicado en Prensa Obrera nº 1059
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